jueves, 30 de octubre de 2008

LA ÚLTIMA VUELTA DEL PERRO, Jorge Rodríguez Hidalgo

¿De qué trata esta novela La última vuelta del perro (Maghenta, 2007)? Trata del resignado intento de dos seres –un antiguo porquero reconvertido en peón de la construcción, Antonio, y una prostituta adolescente, Rosario- de sobrevivir con su prole. ¿Cuáles son los escenarios de esta lucha? La Andalucía rural desde la cual emigran y la Barcelona preolímpica, la lumbre de cuya antorcha quemará a los marginados como a insectos atraídos por la luz.
Elemento de vital importancia para la credibilidad del hecho narrativo y que cataliza la narración es la encarnadura del personaje de Rosario, que bien puede paragonarse con algunos de los más grandes personajes femeninos de la literatura. Pienso en los de Madre Coraje de Brecht, la Filomena Maturano de Eduardo de Filippo, incluso en la Regenta de Clarin o en el de Doña Bárbara de Rómulo Gallegos. Mujeres de carácter que superan sus limitaciones personales y los obstáculos sociales con la sabiduría práctica de aquellos que no tienen otra cosa que perder que la vida.
En este caso el argumento que aprisiona a los desgraciados que habitan en los aledaños del progreso y a aquellos que, como Ramiro, poeta y universitario pobretón con tratos en las dos órbitas sociales, presumible alter ego del autor, es el progreso de relumbrón escrito por los señores del bien vivir, ya sean, en el caso de La última vuelta del perro, señoritos andaluces o burgueses catalanes.
En algunos aspectos, Jorge Rodríguez Hidalgo, hijo de andaluces emigrados, sigue la estela de Paco Candel, pero me animaría a decir que su mirada se alza por encima del horizonte del charneguismo catalán como provinciana y torpe tensión entre indígenas e inmigrantes, buscando una validez universal. JRH pone el dedo en la llaga de una realidad lacerante y radiografía con precisión las conductas colectivas e individuales que sustentan las desigualdades y las injusticias sociales.
El sociólogo alemán Alfred Weber, hermano de Max, que es el más conocido, escribió que la modernización de las sociedades tradicionales se produce cuando son capaces de desarrollar sus instituciones históricas, sus creencias y valores culturales en comunión con los avances científicos y tecnológicos, porque son las conductas y los valores morales de las personas los que en definitiva marcan las tendencias del progreso y su incidencia en los modelos de organización social.
Desde esta perspectiva, La última vuelta del perro es una novela que entra de lleno en la realidad que define a Barcelona como ciudad que responde a un modelo social regido por la ley del más fuerte dando pábulo al aserto de Hobbes cuando dice que el hombres es un lobo para el hombre. El diseño de la urbe considerado por encima o a costa de los que no cuentan como factor estético de la modernidad.
Para este cometido, JRH ha de sortear desde el punto de vista novelístico varios problemas que afectan a la creación literaria contemporánea. Uno de los más importantes es el divorcio entre poesía y narrativa como consecuencia natural de las condiciones creadas por las reglas del mercado. No es algo reciente, sino que viene de lejos. Desde el siglo XIX, cuando una realidad social tensada por los intereses contrapuestos de la burguesía y el proletariado generó un lenguaje hegemonizado por la clase dominante. Esta clase impuso, en correspondencia con sus intereses particulares una forma de narra sustentada en una prosa descriptiva y en unos recursos argumentales que acotan dicha realidad a historias donde los personajes aparecen condenados a repetir eternamente sus actos. Es así que el lenguaje del poder condena a la poesía a la condición de género exótico, y coloca la narrativa realista en lo más alto como máxima expresión de una visión particular de clase que universaliza. Estas pautas y modos de narrar según el canon literario del siglo XIX se prolongan hasta el siglo XXI clausurando la exploración de realidades complejas que subyacen en este mundo reducido a la visión mercantilista.
Consciente de esta escala social, JRH, en tanto poeta que se rebela contra la hegemonía de la vulgaridad, hace del lenguaje su bandera. El suyo es el lenguaje marginado y del marginal elevado a la categoría de voz poética que intenta dar encarnadura a seres igualmente excluidos de la gran prosa diseñada para el fuego de artificio y el consumo masivo.
JRH no hace concesiones y la crudeza de la realidad que retrata se corresponde con la crudeza de un lenguaje cuya gran vitalidad trasciende el pintoresquismo costumbrista, con que otros escritores, anclados en el canon narrativo de la novela burguesa del siglo XIX, pretenden vender como súmmum de la modernidad literaria.
La última vuelta del perro es, por esto, antes que una novela, un poema, un latido del desgarro, el desarraigo y la pérdida de quienes siempre serán los otros, porque, como dice Emmanuel Lévinas, en La realidad y su sombra, donde el lenguaje común abdica, el poema habla.

lunes, 27 de octubre de 2008

EL AUTOR Y LA ESCRITURA, Ernst Jünger


«De estas reflexiones no espero ningún resultado pedagógico», afirma Ernst Jünger en El autor y la escritura (Gedisa Editorial, 2003- Trad. Ramón Alcalde). Sin embargo, la propuesta de los apuntes que recogen dichas reflexiones como autor llevan implícita una intención de enseñanza para aquellos que se han reconocido o que se reconocen en el oficio de escritor. Él mismo parece reconocer esta intencionalidad, aunque marcando distancias con la figura del maestro que ofrece consejos, cuando afirma que «las experiencias son mejores que las advertencias».

En este sentido, las notas de Jünger devienen inventario de experiencias útiles para los jóvenes autores que, apenas sienten el llamado de las musas, han de enfrentarse a una elección básica que marcará el resto de su vida entre seguirlas o seguir el orden de la familia, el deber y el empleo, que asegure su bienestar.

Asimismo, para Jünger, el autor literario -el artista- ha de ser consciente de su condición especial en el marco social y que la misma naturaleza de su condición lo enfrenta «con las instituciones más fácilmente que al ciudadano normal». Y en este enfrentamiento entran en juego las opiniones y las concepciones estéticas siempre conservadoras de toda sociedad. De aquí que la sensibilidad y la honestidad, la entereza y la capacidad de sacrificio sean cualidades básicas de todo escritor. «Los pasajes fallidos de un autor y las hostilidades de sus contemporáneos se pegotean juntos como un collage», dice Jünger.

Aun con ripios y contradicciones, y con algunos puntos de vistas discutibles, la lectura de este libro es interesante y, en mi caso, me abrió nuevos caminos de reflexión sobre el acto de crear y el oficio.

domingo, 19 de octubre de 2008

SEVERIANO BALLESTEROS, Autobiografía

Encabezada por tres cartas de tres de los más grandes golfistas de la historia -Gary Player, Arnold Palmer y Jack Nicklaus- y epilogada por su hermano Baldomero, esta Autobiografía de Severiano Ballesteros (Tutor, 2008) constituye un conmovedor repaso a una vida enteramente dedicada al deporte. Las páginas de este libro dan detallada cuenta de los logros deportivos del más grande jugador de golf de España y uno de los mayores de la historia de este deporte.
Sin embargo, desde el primer capítulo -El campeón que nació en primavera- hasta el último, el quincuagésimo, lo que sorprende es la sencillez de la personalidad de un hombre que nunca dejó de ser niño y también la extraña sensación de soledad de alguien que siempre ha estado arropado, querido y mimado por su familia. Lo que cuenta es la historia de un muchacho convencido de su talento y por ello mismo entregado, aún a costa de grandes sacrificios (basta recordar que siendo adolescente salió a jugar con terribles dolores de espalda, dolencia que acabó pasándole factura más tarde), al propósito de ser un gran campeón. Y lo fue en los links con golpes en los que la fantasía forzaba la técnica más allá de lo posible, y en la vida contidiana mostrándose humano y generoso con la gente y con ese punto de rebeldía de las personas honestas ante ciertas injusticias.
Más allá de los límites del libro, Severiano Ballesteros escribe estos días un nuevo y difícil capítulo de su vida. Cabe esperar que también en éste también dé uno de esos soberbios y originales golpes de maestro que le nacen del alma.

martes, 14 de octubre de 2008

EINSTEIN, Walter Isaacson

Albert Einsten es a la ciencia lo que Pablo Picasso al arte plástico. Ambos constituyen en sus respectivas disciplinas verdaderos iconos culturales del siglo XX. En Einstein. Su vida y su universo (Debate, 2008. Trad. Francisco Ramos), Walter Isaacson traza un soberbio retrato del científico. El vigor de su prosa y la fluidez estilística superan una defectuosa e improlija edición y logran transmitir al lector la rica personalidad de uno de los mayores genios de la historia. El Einstein que se nos descubre aquí es un personaje cuya humanidad, no exenta de sombras, está en el origen de sus portentosos logros científicos.
Esto explica que sus ideas que revolucionaron nuestra forma de observar la realidad y concebir el universo lograran, a pesar de su radical complejidad, un impacto sin precedentes en el imaginario colectivo propiciando una popularidad comparable a la de una actual estrella de rock.

La biografía nos aproxima a un Einsten humano, comprometido con sus ideales pacifistas y sus reparos al uso indebido de sus teorías, como lo fue la concepción y desarrollo de la bomba atómica. Al mismo tiempo, Isaacson explica con sencillez y eficacia y sin desdeñar el rigor científico las complejas teorías físicas haciéndolas comprensibles al gran público. Sin duda, para mí, la lectura de esta biografía me ha iluminado aspectos fundamentales del universo cósmico, pero también de las estructuras básicas de la escritura que rigen el universo literario.

viernes, 3 de octubre de 2008

EL CORRESPONSAL, Alan Furst


Algunos críticos han señalado a Alan Furst como un brillante sucesor de John Le Carré e incluso de Graham Green. No es así. En El corresponsal (Seix Barral, 2006. Trad. Diego Friera y Mª José Díez) se revela como un narrador eficaz, pero sin la «perversa» intuición de Le Carré para la intriga y tampoco con la agudeza visual de Green para perfilar los personajes, cuyas conductas y actos sustentan en su complejidad el llamado factor humano.

Salvando la exageración de cierta crítica, Alan Furst es un escritor correcto e inteligente que narra con sencillez una trama igualmente sencilla, en la que un periodista italiano antifascista refugiado en París es reclutado por los servicios secretos británicos. Como trasfondo de la historia la guerra civil española y los prolegómenos de la Segunda Mundial, escenificada por el ascenso del nazismo en Alemania, y como motor de la acción, la redacción de un libro sobre un anarquista italiano, el desesperado intento de sus compatriotas antifascistas de socavar el régimen musoliniano editando un pasquín y, por supuesto, los amores con una aristócrata alemana antinazi. El argumento está bien trabado y la lectura discurre sin tropiezos.